/p>>La bodega jerezana presenta la sexta edición de esta colección compuesta  por cuatro vinos con rasgos únicos, que refleja las edades de Tío Pepe.

Finos Palmas 2016 de González ByassGonzález Byass acaba de lanzar al mercado su nueva colección de Palmas, que es la denominación que reciben aquellos vinos finos de Jerez que se distinguen notablemente por su limpieza, finura y delicadeza en el aroma. En cuanto al número de Palmas, este se otorga en relación al grado de vejez: a más solera, más Palmas.
Por tanto, esta gama de vinos es el resultado de una ímproba labor de selección y clasificación de la que, en esta ocasión, se han encargado el Mejor Enólogo Español del Año y Master Blender de González Byass, Antonio Flores, y el master of winer y  Master Sommelier, Gerard Basset.
Estos dos maestros han catado y seleccionado, venencia en mano, las mejores botas de la solera de Amontillado Fino donde la levadura de velo pasa del esplendor de la vida en Una y Dos Palmas, a la decadencia y muerte de la misma en Tres y Cuatro Palmas. El resultado de este arduo y exhaustivo trabajo ha dado lugar a la Colección Finos Palmas 2016, que engloba a estos cuatro vinos elegantes y singulares:
Fino Una Palma: la evolución en el tiempo de un Tío Pepe con 6 años, es fruto de la selección de tres botas, de un total de 142, en las que el velo de flor es un manto de vida.
Fino Dos Palmas: 8 años de contacto con la flor que cubre toda la superficie del vino. La edición de 2016 es el reflejo de la elegante contundencia de Tío Pepe y procede de la selección de dos botas de entre 150.
Fino Tres Palmas: se trata de un Tío Pepe muy viejo, que lleva la crianza biológica al límite, ya que, tras 10 años de envejecimiento, solo algunas botas mantienen trazos de levadura que interactúan mágicamente con el vino. Procede de una única bota seleccionada entre las 150 que componen la solera.
Fino Cuatro Palmas: este Amontillado Viejísimo refleja la capacidad de Tío Pepe de evolucionar en el tiempo concentrando lo mejor de su origen para ofrecer un vino que demuestra la importancia de la selección y la clasificación en la bodega. Estamos, por tanto, ante un Amontillado sublime e irrepetible que procede de solo una de las seis botas que envejecen en González Byass desde hace 51 años.