/p>>Alejandro Moyano, cofundador Valdemonjas, cuenta desde su perspectiva los datos destacados de la añada 2014 y su vendimia en Ribera del Duero. Una historia desde el punto de vista del bodeguero y el viticultor involucrado en todo el proceso.

Porque lo escrito para eso está, el año pasado llorábamos los sinsabores de un «negocio» al aire libre, expuesto a los caprichos de la meteorología en la Ribera del Duero, una región siempre al límite. Un año por sequía extrema, otro vendimiando bajo la lluvia.
La añada 2014 de Valdemonjas simplemente es excepcional, maravillosa iba a decir “sin peros”, pero mi vena de agricultor me lo ha impedido a última hora. ¡Por poco se me cuela! He recibido el último kg de esta añada y el balance y lo que se vislumbra no puede ser mejor.
La última parte de la maduración podría enmarcarse dentro de lo que uno aspiraría, la carta a los Reyes Magos que echábamos de niños. Este fue más o menos nuestro panorama meteorológico durante esta fase tan crítica de la maduración: temperaturas máximas entre 23°C y 25°C y mínimas entre 8°C y 12°C. Eso sí aderezado con un par de días de lluvia, lo justo para mantener el frescor a una planta que llegaba al límite.

El resultado se manifiesta en una baya con una maduración suave sin estridencias, reflejada en unos málicos inusualmente bajos, unas pepitas de ensueño. Solomillo de Morucha. Como iniciábamos la vendimia el día 20 de septiembre, ahora ya estamos descubando nuestro primer vino.

El Primer Beso 2014 se antoja muy aromático a la vez que carnoso y sensual en boca. Siempre con el frescor que nos da esa vendimia precoz. El resto exultante de madurez, sin el exceso de alcohol que nos suelen dar los últimos calores de estas fechas, mucho color y unos taninos dulces y maduros. Me viene en mente el 2004 con menos alcohol.
Todo esto coincide con el inicio de las obras de la bodega Valdemonjas, hemos recibido a unos amigos de Francia. ¡Qué más podemos pedir!