Una inversión que asciende a nueve millones de euros permite incorporar más hectáreas de viñedo a La Rioja Alta, en concreto se trata de 62 más, y estrenar nuevas instalaciones que se ponen a prueba esta vendimia. Dos nuevas líneas de entrada de la uva y un innovador equipamiento de selección óptica son las principales protagonistas de estas instalaciones. El director Agrícola Roberto Frías y el enólogo Julio Sáenz, nos desgranan información sobre la compra del viñedo y las características de la tecnología para vendimia.

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Vista de la sede de La Rioja Alta en el emblemático Barrio de la Estación de Haro.

La inminente vendimia 2015 llega repleta de novedades para La Rioja Alta. La bodega de Haro informa de que ha acometido una inversión de 9 millones de euros «para continuar reforzando su apuesta por la mejora constante en la calidad de sus vinos, en su materia prima, la uva, así como en todos los procesos de elaboración, integrados verticalmente».

Los viñedos recién adquiridos

Una parte relevante de esta inversión se ha destinado a la adquisición de 62 ha de nuevos viñedos ubicados en tres pagos de la localidad riojana de Cenicero. Estas nuevas viñas de uva Tempranillo, con 23 años de edad media, elevan a 425 las hectáreas actualmente en producción, garantizando el autoabastecimiento de uvas de primera calidad, tal y como viene sucediendo desde la cosecha 2007.
Roberto Frías, el director Agrícola de La Rioja Alta explica sobre la compra de estos viñedos que «se han elegido ya que tienen unas características óptimas (suelo, orientación…) para la producción de uva para nuestros vinos, similares a las de nuestra finca Montecillo, también en Cenicero». Aclara que este año «no se van a vendimiar». Y en cuanto al rendimiento aproximado considera que ajustarán la producción «para obtener, de cara a próximas campañas, el rendimiento medio habitual de todos los viñedos de nuestras bodegas, inferior a 5.000 kg/ha«.

Unas modernas instalaciones puestas a prueba esta vendimia 2015

La Rioja Alta estrena para esta vendimia unas modernas instalaciones. Destaca la incorporación de dos nuevas líneas de entrada de la uva que, refrigerada previamente, será despalillada antes de atravesar las mesas de selección óptica de última generación que analizarán el estado de cada grano, desechando aquellos que no cumplan los exigentes parámetros de calidad establecidos por la casa. Y destacan que «solo las mejores uvas pasarán a las nuevas estrujadoras y, posteriormente, a los depósitos de fermentación».

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Los nuevos equipos de vendimia de La Rioja Alta.

Sobre el nuevo equipo de selección óptica y sus aplicaciones y ventajas, Julio Sáenz, el enólogo de esta bodega riojana expone a Tecnovino que el objetivo es seleccionar las uvas destinadas a Reservas y Grandes Reservas. «Pretendemos que solo las mejores uvas vayan a la elaboración de estos vinos. Para ello podíamos haber seguido el sistema tradicional de selección de racimos, pero creemos que está selección grano a grano es mucho más efectiva y, por lo tanto, nos dará mejores resultados en conseguir una mayor calidad de nuestros vinos».

Julio Sáenz, enólogo de La Rioja Alta: «Delta Vistalys permite graduar la selección de la uva con una extrema precisión, según sus objetivos y de la calidad inicial de la uva jugando sobre parámetros de regulación de color y forma de los objetos».

Sobre su funcionamiento el enólogo indica que «Delta Vistalys permite graduar la selección de la uva con una extrema precisión, según sus objetivos y de la calidad inicial de la uva jugando sobre parámetros de regulación de color y forma de los objetos«. Con la selección óptica, prosigue, «podemos seleccionar exclusivamente las bayas sanas e íntegras eliminando los cuerpos extraños, vegetales y bayas inmaduras, quitando también las bayas reventadas o con pequeños restos de peciolo».
Para apoyar estas inversiones, se ha creado un Departamento de I+D+i, que controlará y promoverá el desarrollo de nuevos proyectos que contribuyan a la mejora de la calidad de los vinos de La Rioja Alta, contando para ello con unas nuevas instalaciones anexas a los actuales Laboratorios de Calidad y Enológicos. De esta forma, se incorporarán nuevos métodos instrumentales y técnicas de análisis, como las cromatografías en fase gaseosa, que suponen una innovación analítica para la bodega. Mediante un sofisticado cromatógrafo se controlará la producción de compuestos indeseables que afectan notablemente a la calidad de los vinos durante todas las etapas de la elaboración de vinos: uva, mosto a granel, vino en barrica y vino embotellado.