La nueva bodega de Matarromera en La Rioja, ubicada en San Vicente de la Sonsierra, ya tiene nombre: Bodega Carlos Moro. Este proyecto ve la luz después de una inversión de más de 6 millones de euros.

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El nombre de Carlos Moro, fundador, enólogo y presidente de Grupo Matarromera, ha sido elegido para bautizar a la nueva bodega.

Bodegas y Viñedos Carlos Moro es el nombre escogido para la nueva sociedad de Matarromera en la DOCa Rioja. Los órganos gestores de la compañía, después de varios meses de deliberación, han optado por vincular esta nueva bodega con la figura del fundador, enólogo y presidente del grupo.
Ubicada en pleno corazón de la Rioja Alta, desde la firma indican que pretende convertirse «en una de las referencias vitivinícolas de dicha región donde la excelencia y la calidad son señas imprescindibles de identidad, tanto en sus métodos de producción como en sus renombrados vinos».
La fachada de la bodega, ubicada en la localidad riojana de San Vicente de la Sonsierra, ya luce con el nombre, acompañado del escudo especialmente diseñado para la imagen de esta bodega y en el que aparecen dos lebreles (galgos) a los pies de un moral (que representa el escudo de la familia de Carlos Moro), y una viña, que simboliza la pasión de un hombre ligado a la tierra y al vino.

Una inversión de 6 millones de euros

Bodega Carlos Moro, que cuenta ya con veinte hectáreas de viñedo propio y otras cuarenta hectáreas controladas, ve la luz gracias a una inversión de más de 6 millones de euros, financiada casi en su totalidad con fondos propios, y que está permitiendo acondicionar la bodega con la máxima tecnología para la elaboración de vinos de excelencia. Una inversión que se ha centrado fundamentalmente en la adquisición de activos, de nuevas tierras en el entorno de San Vicente de la Sonsierra, que califican como «epicentro de la excelencia vitivinícola riojana».
Grupo Matarromera está invirtiendo también en la adquisición de nuevas parcelas, especialmente seleccionadas en el entorno de San Vicente de la Sonsierra y Labastida, y en maquinaria enológica de última tecnología para la elaboración de vinos de máxima calidad, con técnicas como el desgranado automático con separación del raspón sin rotura del hollejo, que permitirá mimar el proceso de vinificación para producciones limitadas y exclusivas o como los depósitos de hormigón revestidos de material inerte para aprovechar la inercia térmica de los mismos para algunos procesos fermentativos. También ha incorporado un parque de barricas nuevas del mejor roble francés y americano, y una pequeña selección de tinos de madera para la futura elaboración de las uvas procedentes de los mejores pagos.

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La fachada de la Bodega Carlos Moro en San Vicente de la Sonsierra.

Una bodega sostenible en un entorno privilegiado

La bodega se ubica en una ladera con excelentes vistas a la localidad y a un entorno de enorme riqueza paisajística y cultural. Su emplazamiento, rodeado de viñedos, así como su diseño, con diferentes niveles entre las distintas dependencias de elaboración, crianza, embotellado y expedición, permite el manejo de la uva y el trasiego de los vinos por gravedad.
Destaca su calado subterráneo de 1.200 m² de superficie con capacidad para más de 2.000 barricas que permite una crianza de forma natural y homogénea a lo largo del año, ya que se dan las condiciones óptimas de temperatura y humedad, independientemente de las condiciones meteorológicas del exterior, sin dependencia de equipos de frío industrial y/o climatización.
Bodega Carlos Moro responderá también al compromiso del grupo por la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. En esa línea la bodega contará con una caldera de biomasa y sistema de aprovechamiento de la humedad y de la temperatura del calado subterráneo para su uso en el resto de dependencias.
La bodega también abrirá sus puertas al enoturismo, con el objetivo de convertirse «en un referente cercano y accesible por su envidiable situación geográfica para visitantes y turistas», en una zona acostumbrada a impulsar la cultura del vino desde hace décadas. En el exterior de las instalaciones se realizará una plantación de jardín de las variedades tintas autorizadas por la DOCa Rioja (Garnacha, Mazuelo, Graciano, Tempranillo y Maturana tinta) y se invertirá en la adaptación de la bodega para visitas enoturísticas, destacando la realización de una tienda con su wine bar, sala de catas y el establecimiento de un elevador panorámico en el que se podrá contemplar el proceso productivo enológico.