Bodegas Murviedro ha aprovechado su 90 aniversario para mostrar su proyecto futuro con la inauguración de la Cueva Museo en Requena (Valencia). Este emplazamiento va a servir para difundir la cultura del vino. El evento ha servido para anunciar otra de las pauestas de la firma con un proyecto de enoturismo que verá la luz en el verano de 2018.

Bodegas Murviedro está de cumpleaños, con motivo de su 90 aniversario ha inaugurado el pasado 3 de octubre su Cueva Museo en el barrio de la Villa de Requena. La idea es que sea un espacio de divulgación para acercar la cultura del vino a todo tipo de público, acompañándoles a descubrir su historia y haciéndoles partícipes de los secretos que encierra el mundo enológico en la comarca Requena-Utiel.
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El evento ha recreado un recorrido por la historia de la bodega, que surge en 1927 cuando la familia Schenk decide dar un paso más en su expansión instalándose en España en busca de vino de calidad para el norte de Europa; recordando la etapa de los 80 en la que se produce el salto del vino a granel al embotellado, pasando por su traslado a Requena en 1997, lo que modificó la estrategia de la compañía y le condujo a un mayor crecimiento y consolidación de su marca. Esto lo consideran un reconocimiento a la calidad de sus vinos y les ha valido la proyección internacional a lo largo de todos estos años.

El futuro de Murviedro mira hacia el enoturismo y la agricultura ecológica

Este acontecimiento no es casual que se haya hecho coincidir con la celebración del 90 aniversario de la bodega, ya que como ha destacado el director general de Bodegas Murviedro, Marc Grin, “es en Requena donde se trasladó la bodega hace ya más de 20 años donde queremos estar y llevar a cabo nuestro proyecto de futuro. Y es en el barrio de la Villa, desde la nueva Cueva Museo, desde donde Murviedro quiere contribuir a acercar la cultura del vino al visitante, para que pueda disfrutar adentrándose en las cuevas de un trocito de nuestra historia, que es la de nuestra comarca”.
Asimismo ha querido enfatizar que en esta nueva etapa el viñedo va a adquirir un protagonismo especial, ya que a la inauguración de la nueva Cueva Museo hay que sumar la adquisición de la nueva Finca Casa Lo Alto, donde la bodega quiere llevar a cabo un proyecto de enoturismo que verá la luz en el verano de 2018 y apostar por la agricultura ecológica y las técnicas biodinámicas. Un paraíso de 150 hectáreas que se suman a los viejos viñedos de la partida El Ardal.
En definitiva, “una apuesta por el terruño y la tipicidad que cierran el círculo y dan sentido al sueño de Arnold Schenk de crear un grupo empresarial que cubriese todas las fases del proceso vitivinícola, desde el viñedo al consumidor final”.
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La celebración del 90 aniversario se ha acompañado de un vino monovarietal de Bobal de edición limitada

El acto oficial, que se ha celebrado en la Iglesia de San Nicolás, ha contado con la presencia del alcalde de Requena y de la directora general de Desarrollo Rural y Política Agraria, Michel Grin, anterior director general de la bodega, y numerosos representantes del sector.
La bodega ha obsequiado a sus invitados con el vino homenaje de edición limitada, que lleva por nombre la fecha de la fundación de Bodegas Murviedro (1927). Se trata de un monovarietal de Bobal que seleccionaron los enólogos del grupo Schenk como vino homenaje, al decantarse de forma unánime por embotellar 100% Bobal, destacando por encima de todo “su tipicidad única”.
El vino elegido procede de una selección de uvas de la parcela El Ardal, recientemente adquirida por la bodega, que estaba a punto de arrancarse y que Bodegas Murviedro adquirió con la finalidad de conservar un patrimonio único de la zona, las viñas viejas de Bobal. Este vino surge de la primera añada de esta parcela, la añada de 2016, cuyas viñas dieron 1,5k por cepa. Unas cepas que por su edad, más de 70 años, ofrecen una regularidad tanto en sus frutos como en la cantidad.
Sobre este vino el enólogo señala que cabe recordar que «la añada de 2016 fue una añada seca, con poca pluviometría, lo que hizo que se conformara una racimo pequeño y compacto, con gran concentración de sabores. Tanto la viticultura como la elaboración practicada con este vino ha sido de mínima intervención, intentando que reflejara todo el potencial y características del terroir». Detalla que «la uva fue recolectada el 04/10/16, fermentada a 25ºC con la propia levadura que recubre la superficie de su grano y se le realizaron suaves remontados. Tras 15 días de maceración se realizó el prensado». Sobre la fermentación maloláctica «se realizó en depósitos de acero inoxidable, para una vez acabada trasegarse con sus lías finas a un fudre de 5.000 litros donde se realizó su envejecimiento durante seis meses». Y añade que en breve, se embotellarán alrededor de 600 botellas de “1927”.