La bodega Quinta Sardonia, perteneciente a Grupo Terras Gauda, desarrolla desde su fundación su apuesta pionera por la viticultura biodinámica y la sostenibilidad medioambiental. La bodega de Sardón de Duero (Valladolid) cumple 20 años desarrollando un exigente modo de trabajar el viñedo y elaborar los vinos, que busca el equilibrio entre el ecosistema, la diversidad biológica y el entorno natural.

Tecnovino Quinta SardoniaCrear vinos sostenibles con el entorno y que expresen en copa la pureza del terroir han sido dos de los principales objetivos marcados por Quinta Sardonia desde 1998. Ahora cumple su 20º aniversario y hace balance positivo de sus logros ya que ha conseguido reducir de forma notable el impacto medioambiental y QS y QS2 reflejan en cada añada la importancia del terruño, la finca de donde proceden las distintas variedades.
La bodega Quinta Sardonia perteneciente a Grupo Terras Gauda, mantiene una apuesta constante por la viticultura biodinámica; un exigente modo de trabajar la viña y elaborar los vinos que ha conquistado en el exterior, en la actualidad la bodega destina el 75% de su producción a las exportaciones.

Ciclos lunares para plantar las vides

La sostenibilidad medioambiental es la base de la biodinámica, que en Quinta Sardonia se desarrolla buscando el equilibrio entre el ecosistema, la diversidad biológica y el entorno natural. El suelo se considera un organismo vivo; un elemento dinámico que proporciona alimento natural a la cepa y una gran cantidad de nutrientes, que tiene su reflejo en la calidad de la uva. Una de las premisas de la biodinámica, que aplica la bodega de Sardón, es tener en cuenta los ciclos de la luna para trabajar la viña y plantar las vides.
La viña se abona con compost de elaboración propia, lo que evita la utilización de compuestos externos y contribuye a la conservación del medioambiente, a disminuir el impacto derivado de la propia actividad y, a la vez, mantienen intactos los componentes aromáticos de las variedades. También se preserva la cubierta vegetal del suelo, conservando las plantas y flores que, de modo natural, se extienden a lo largo de las 20 hectáreas de viñedo propio.
La mineralidad y la complejidad de la tierra potencian la fertilidad del suelo mediante procedimientos naturales y propician el desarrollo natural de la viña. Esta exigente práctica de viticultura parte de la importancia de la salud del terreno, se basa en la prevención, evitando un importante número de intervenciones en el viñedo, lo que redunda también en una mayor preservación del entorno al reducirse las emisiones de CO2 a la atmósfera.
El equilibrio perfecto entre entorno, clima, cepa y suelos, que en Quinta Sardonia son de gran riqueza y muy heterogéneos, se aprecia en los vinos, de mayor complejidad y marcada singularidad. Vinos únicos, con las variedades Tinto Fino, Cabernet Sauvignon, Syrah, Petit Verdot, Cabernet Franc y Malbec, en los que el terroir se manifiesta con más fortaleza por su peculiar elaboración y la forma tan definida de entender y poner en práctica la viticultura en la bodega de Sardón.