El enoturismo es un pilar económico y atractivo clave para Francia, que genera 7.000 millones de euros anuales y atrae a 12 millones de visitantes. Otra de las cifras clave sobre esta actividad en el país se refiere a que asegura 31.000 empleos.
Cada año, 12 millones de enoturistas, de los cuales 5,4 millones son turistas internacionales, acuden a Francia a vivir una experiencia en torno a los viñedos. Entre las cifras más destacadas: genera más de 7.000 millones de euros, mueve a 12 millones de visitantes y en cuanto a empleo detallan que ascienden a 31.000 puestos de trabajo.

Son datos de un estudio de Deloitte publicado por Vin & Société, que representa a 28 asociaciones y organizaciones de la industria vitivinícola francesa. Conocer a los viticultores, descubrir los viñedos y degustar los vinos in situ figuran incluso entre las tres razones principales que llevan a elegir Francia como destino turístico.
«Francia tiene todas las cartas en la mano para convertirse en el primer destino enoturístico europeo de aquí a 2030», anunciaba recientemente Nathalie Delattre, ministra delegada encargada de Turismo.
Este informe pone de relieve, por primera vez, el peso económico de un fenómeno aún discreto, pero clave para la vitalidad de los viñedos y bodegas de Francia.
«El enoturismo no es solo un turismo para apasionados: hoy en día encarna una Francia auténtica, acogedora y cálida, que atrae y hace soñar. Es un motor económico y un verdadero pilar estratégico para los territorios, una riqueza cultural y un formidable embajador de nuestro arte de vivir a la francesa. Este estudio aboga por un mayor apoyo al enoturismo como componente esencial del turismo francés. Es una respuesta concreta a los retos de reconquista, diversificación y adaptación que plantean los actores del sector», declara Samuel Montgermont, presidente de Vin & Société.
El vino: una fuerza económica y cultural del turismo francés
Lejos de ser un simple pasatiempo para entendidos, el enoturismo, que representa una facturación global de 7.000 millones de euros en Francia, es hoy en día un motor económico, social y cultural para los territorios. Este es el deglose que ofrecen de estos ingresos:
- 5.400 millones de euros de gasto directo de los visitantes (1.800 millones de euros en bodegas y cooperativas, 3.600 millones de euros en restauración, alojamiento o actividades locales).
- 1.600 millones de euros de efectos indirectos, generados por las compras del sector a sus proveedores (material, logística, artesanía, etc.).
- A esto hay que añadir cerca de 200 millones de euros de ingresos fiscales, de los cuales 154 millones provienen de los efectos indirectos sobre otros sectores.

Estas cantidades, acumuladas, irrigan todos los eslabones de la cadena vitivinícola y turística francesa. Porque detrás de las cifras hay cientos de casas de vinos, bodegas cooperativas, fincas familiares y museos enológicos que acogen cada día a visitantes que vienen a degustar una determinada idea de Francia.
El enoturismo da vida a los territorios
Resaltan que «lejos de las grandes metrópolis, el enoturismo hace latir el corazón de Francia». En 2023, se registraron 33,6 millones de visitas en lugares dedicados al vino (24 millones de ellas con pernoctación), ya fueran bodegas, fincas, cooperativas, museos o eventos vitivinícolas.
Este turismo de proximidad, no deslocalizable, ofrece un respiro económico a numerosas zonas vitivinícolas y contribuye en gran medida a la actividad de los territorios, ya que sustenta cerca de 31.000 empleos equivalentes a tiempo completo en todo el país:
- 22.000 directamente relacionados con la acogida de visitantes,
- 9.000 a través de las repercusiones indirectas en los sectores de la artesanía, el transporte, la cultura o la hostelería.
La acogida de visitantes representa cerca del 30% de la facturación de los profesionales del sector que reciben enoturistas.
Y añaden que «para muchas pequeñas estructuras, la actividad enoturística se ha convertido así en una palanca de resiliencia, diversificación y transmisión del patrimonio frente a la crisis económica que atraviesa actualmente el sector vitivinícola».
El vino: uno de los motores del turismo internacional en Francia
Vin & Société explica que «el vino no es solo un producto: es una imagen, un sueño, una promesa». Según el estudio, más de uno de cada dos turistas internacionales asocian estrechamente Francia con sus vinos y viñedos, tanto como la Torre Eiffel y más que París.
De los 100 millones de visitantes extranjeros que recibe Francia al año, para 17 millones de ellos el vino figura incluso entre las tres principales razones que les han llevado a elegir este país. Son diez veces más numerosos que los turistas internacionales que acudieron a los Juegos Olímpicos de París.