La falsificación de productos es un problema creciente a escala global, acentuado por el auge del comercio electrónico, que abre vías para que los artículos falsificados entren fácilmente en el mercado.

Los productos de alta gama son especialmente susceptibles de sufrir las consecuencias de la falsificación, que no sólo engaña a los consumidores sino que también perjudica la reputación de los productores auténticos. Aunque existen diversas técnicas para certificar la autenticidad de un determinado bien, como hologramas, códigos QR o etiquetas RFID, también hay métodos para falsificarlas. Hay una nueva propuesta contra la falsificación que se basa en etiquetas en el corcho.

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Investigadores desarrollan etiquetas inclonables para tapones de corcho. Protege vinos y productos de alta gama contra falsificaciones

Un equipo de investigación de la Universidad Rovira i Virgili propone una fórmula para combatir esta amenaza, centrándose en el potencial de la tecnología de identificación por radiofrecuencia. El RFID convencional funciona gracias a un circuito integrado que refleja una señal, emitida por una fuente de ondas de radio, que un receptor identifica a posteriori.

Se trata de sistemas muy comunes que podemos encontrar, por ejemplo, en centros comerciales, en algunas cajas automáticas de grandes superficies y a la salida de los supermercados, colocados con la intención de evitar robos.

Sin embargo, el sistema tiene vulnerabilidades: una vez se sabe de qué manera el circuito integrado modula las ondas de radio, se puede reproducir un clon que se comporte de la misma manera. La solución que proponen los investigadores es que en lugar de utilizar un circuito integrado, apuestan por una superficie inclonable de grafeno.

Esta superficie de grafeno modula las ondas de radio como lo haría un circuito integrado, pero imposibilita su falsificación y se imprime directamente sobre los tapones. El corcho se convierte en el soporte perfecto para esta tecnología innovadora.

Crear una etiqueta inclonable

El método para aplicar etiquetas RFID sobre el corcho consta de dos procedimientos. En el primero, los investigadores aplican un haz láser directamente sobre la superficie del material para grabar un dibujo o un logotipo. El láser, calibrado de forma precisa, convierte los átomos de carbono del corcho en grafeno, material con una conductividad eléctrica mucho más alta que el carbón o el grafito.

Controlando parámetros como la velocidad de impresión y la potencia del láser, los investigadores pueden determinar la conductividad del grafeno y de qué manera modula las ondas de radio al reflejarlas, confiriéndole su firma única.

Pero, por si no bastara, el equipo investigador aumenta la seguridad de las etiquetas con un segundo procedimiento, es decir, con una electrodeposición de níquel.

Finalmente, a las particularidades de la capa de grafeno y la electrodeposición de níquel, se suman las imperfecciones del sustrato de corcho para crear una firma electromagnética única.

Identificar las botellas

Los investigadores del grupo NEPHOS también han diseñado un sistema específico para leer y verificar la autenticidad de las etiquetas. Se trata de un prototipo que sujeta la botella y la hace girar mientras aplica ondas de radio en el tapón y lee como la etiqueta las modula. Un receptor mide la respuesta de radiofrecuencia reflejada, la cual varía en función del ángulo de rotación de la botella.

Esta firma se guarda en una base de datos gestionada por los fabricantes u organismos reguladores. Cuando una botella es escaneada, su firma se compara con las registradas en la base de datos. Si no coincide o no está registrada, la botella puede ser identificada como falsa.

Esta tecnología se puede aplicar a diversos sectores. Además, los autores explican que es posible reproducir etiquetas RFID de grafeno sobre poliamida, un tipo de plástico muy popular, e incluso sobre tejidos. Esto abre la puerta a proteger una gran variedad de productos.