Milmanda 2018, Mas La Plana 2017, Reserva Real 2017, Grans Muralles 2017 y Mas de la Rosa 2018 han sido los cinco vinos de la colección Antología Miguel Torres presentados en Madrid y Barcelona ante profesionales. Este ha sido el inicio de una gira que visitará una docena de países con el objetivo de explicar las particularidades de sus vinos más emblemáticos.

Tecnovino Colección Antología Miguel Torres

Los cinco vinos de la colección Antología Miguel Torres invitan a realizar un viaje sensorial por diferentes denominaciones de origen catalanas. El recorrido parte de la Conca de Barberà, con el chardonnay Milmanda 2018 –el único vino blanco de la colección–, prosigue por el Penedès, tierra natal de la Familia Torres, con el legendario Mas La Plana y Reserva Real, ambos de la añada 2017, regresa a la Conca con Grans Muralles 2017 y termina en el Priorat, con Mas de la Rosa 2018, la aportación de la quinta generación de Familia Torres a esta colección de vinos iconos que empezó Miguel A. Torres hace cincuenta años.

Familia Torres dio a conocer a sumilleres y periodistas de vino de Madrid y Barcelona las nuevas añadas de los cinco vinos de su colección Antología Miguel Torres, de la mano de Miguel Torres Maczassek, quinta generación de Familia Torres, y Josep Sabarich, director técnico.

Estos eventos, celebrados recientemente en los restaurantes Zalacaín y Dos Torres, marcan el inicio de una gira que los llevará a visitar una docena de países de todo el mundo, de manera presencial o virtual, con el objetivo de explicar las particularidades de cada uno de sus vinos más emblemáticos, desde su firme compromiso con la sostenibilidad y la viticultura regenerativa para luchar contra el cambio climático.

Para Familia Torres son cinco vinos fieles a su origen en los que la naturaleza se expresa sin interferencias, mostrando el efecto añada y amplificando la vertiente más hedonista del vino. El denominador común es la elegancia y la frescura. Son vinos de perfil mediterráneo que invitan a su disfrute inmediato o a esperar para ver su evolución en botella, que sin duda aportará mayor complejidad aromática, en función de las preferencias del consumidor.

Nuestra mayor obsesión con estos vinos es respetar la expresión del viñedo y de la añada”, señala Miguel Torres Maczassek sobre la colección Antología. “Hemos ido evolucionando poco a poco para encontrar un buen equilibrio en el vino y potenciar su frescura natural y su carácter varietal, con la mínima intervención, ya que con en estos vinos estamos convencidos de que menos es más”. 

Milmanda 2018 (DO Conca de Barberà)

Los suelos profundos y arcillosos y el clima mediterráneo con influencia continental del Castell de Milmanda, en el municipio de Vimbodí (Tarragona), han demostrado ser idóneos para el desarrollo de la chardonnay, dando lugar a vinos de marcado carácter varietal y aptos para la crianza.

Milmanda nació en 1985 y es considerado uno de los grandes chardonnays españoles. 2018 es una añada fresca, que favoreció una maduración lenta y equilibrada de la uva. La frescura natural del vino se ha preservado gracias a una elaboración poco intervencionista y se han utilizado levaduras del propio viñedo para potenciar su expresión. Según Josep Sabarich, “cada vez hacemos menos fermentaciones malolácticas y reducimos la crianza en roble para que el aporte de la madera sea mucho más sutil”.

Mas La Plana 2017 (DO Penedès)

Mas La Plana es el vino de mayor trayectoria de cuantos componen la colección de Antología. La primera añada de 1970 venció en las Olimpiadas del Vino de París de 1979 y esto supuso un punto de inflexión para Familia Torres en la elaboración de vinos de calidad.

2017 fue una añada muy seca de temperaturas moderadas, que provocó una reducción de la producción y obligó a intensificar las labores en el viñedo y controlar muy de cerca la maduración, cosechando cada parcela en su momento óptimo. Sabarich comenta que “Mas La Plana es un cupaje muy meticuloso de muchos lotes diferentes de cabernet sauvignon, de distintas parcelas, cosechadas en diferentes momentos y vinificadas en tres tipos de depósito –roble, acero y cemento–, en función de lo que se quiera potenciar en cada caso”.

Reserva Real 2017 (DO Penedès)

Reserva Real 2017 procede de la finca de Les Arnes se encuentra a poca distancia de Mas La Plana, por lo que la añada aquí fue muy similar –con poca lluvia y temperaturas normales–, haciendo que las uvas alcanzaran un estado fitosanitario óptimo, aunque con poco vigor. Esto, combinado con los suelos pizarrosos de la finca, únicos en el Penedès, ha propiciado que este 2017 sea un vino más gastronómico, que muestra una agradable frescura y elegancia.

Grans Muralles 2017 (DO Conca de Barberà)

2017 en la Conca de Barberà también fue una añada seca, con temperaturas dentro de la normalidad, aunque con un final del ciclo vegetativo más fresco de lo habitual. Los suelos de pizarra de la finca, muy cerca del Monasterio de Poblet, también influyen en este vino en el que cada una de las cinco variedades autóctonas que lo integran –dos de ellas ancestrales– juega un papel determinante en el resultado final.

La vinificación de cada variedad es diferente; diferentes tipos de depósitos, de capacidades distintas y tiempos de crianza también diferentes. En esta añada gana protagonismo la cariñena por encima de la garnacha, con el objetivo de alargar la tensión y frescura del vino, mientras que la ancestral querol se mantiene en el 10% como en años anteriores. Para Miguel Torres, Grans Muralles 2017 es “un vino muy fiel a la añada, fresco y con un perfil claramente mediterráneo”.

Mas de la Rosa 2018 (DOQ Priorat)

2018 fue una muy buena añada en el Priorat, con temperaturas frescas y lluvias durante el periodo vegetativo. Esto favoreció una maduración lenta y gradual de las cepas octogenarias de Mas de la Rosa, un viñedo plantado en costers sobre suelos de llicorella, que ya de por sí es fresco gracias al lugar donde se encuentra, su altura y orientación.

En este vino predomina también la cariñena, que gana terreno a la garnacha, mostrando su vertiente más fresca y elegante. La elaboración es sencilla y poco intervencionista, con maceraciones cortas y una crianza en barricas de 500 litros para minimizar el aporte del roble. Esta es la tercera añada de este vino de gran finura y elegancia, el más exclusivo de Familia Torres que ha impulsado personalmente Miguel Torres Maczassek para capturar la singularidad de este precioso rincón del Priorat.