El Plan Estratégico del Vino de Castilla-La Mancha, planteado por la Consejería para el período 2019-2025, ha recibido las aportaciones presentadas por Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha. La organización considera que los ejes básicos de este Plan deberían ser la integración comercial, la planificación productiva y el pago diferenciado por calidad de la uva.

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Cooperativas ha transmitido su absoluto compromiso con la diferenciación y el pago de la materia prima mediante parámetros agronómicos y analíticos objetivos

Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha ha presentado sus aportaciones a la propuesta de Plan Estratégico que la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural hacía llegar a las organizaciones representativas del sector vitivinícola regional el pasado mes de julio.
Ante los planteamientos generales y transversales que la Consejería propone, Cooperativas Agro-alimentarias ha mostrado en primer lugar su apoyo a la planificación productiva y comercial de campañas “siempre que se partan de datos objetivos y fiables (previsiones de producción, balances, existencias, situaciones de mercado, etc.), que ayuden al sector a adoptar las acciones y estrategias que en cada momento sean las más adecuadas para los intereses de los viticultores, cooperativas y bodegas de Castilla-La Mancha”.
Para ello, una de las medidas a adoptar, tal y como afirma Juan Fuente, portavoz vitivinícola de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha sería, destinar los rendimientos agronómicos excesivos y las sobremaduraciones de cada campaña a la elaboración de mosto, alcanzando al menos el 20% de la producción anual. Junto al abastecimiento del mercado tradicional de alcoholes y vinagres, de entre el 5-10% de la producción de cada campaña vitivinícola”.

Pago diferenciado por calidad de la uva

En segundo lugar, respecto al pago selectivo por calidad de la uva, Cooperativas ha transmitido su absoluto compromiso con la diferenciación y el pago de la materia prima mediante parámetros agronómicos y analíticos objetivos; medida que junto a la integración comercial de las bodegas cooperativas configuran como los dos ejes fundamentales en los que se está trabajando desde la organización cooperativa en los últimos años.
Respecto a la promoción de figuras de calidad (Denominaciones de Origen (DOP), Indicaciones Geográficas (IGP), varietales, etc.) de los vinos de Castilla-La Mancha, “sería deseable una actualización y armonización de los pliegos de condiciones, respetando sus jerarquías, y haciendo más coherentes: la fijación de las diversas limitaciones de rendimientos, tan dispares en las diferentes figuras de calidad de la región; y la promoción de los vinos de calidad, alineando e integrando recursos financieros y humanos para una mejor comunicación al consumidor final”.
A juicio de Cooperativas, la propuesta actual de Plan Estratégico de la Consejería que alcanzaría al periodo 2019-2025, “es aún muy generalista, sin llegar a determinar objetivos claros ni cuantificables. Aun así “nuestra organización está dispuesta a participar en un desarrollo más completo del mismo y, especialmente, en la definición de medidas o estrategias a poner en marcha, para alcanzar en dicho horizonte temporal objetivos razonables y cuantificables”, matiza Juan Fuente.

Centro de Investigación Vitivinícola de referencia

Además el portavoz sectorial apunta que Castilla-La Mancha debería de tener un Centro de Investigación Vitivinícola de referencia que ayude al sector en su evolución. “Todas las zonas vitivinícolas de referencia en el mundo se proyectan, crecen y evolucionan en torno a un centro de este tipo, poniendo en práctica de forma simbiótica con el sector todos los hallazgos y buenas prácticas de innovación para que éste prospere, se modernice, y adopte las mejores prácticas en su beneficio”.
Además, “el cambio climático y la desertificación pondrán a prueba al sector”, por lo que convendría investigar y desarrollar líneas que ayuden a la optimización y el control del agua para riego, factor crítico y determinante de la competitividad de nuestro viñedo; a la búsqueda y adaptación a variedades de vid más rústicas y mejor adaptadas a las nuevas condiciones ambientales resistentes a enfermedades y plagas, junto a nuevas tecnologías, nuevos manejos del suelo, etc.
Por otro lado, Juan Fuente apunta también a la necesidad de la optimización energética en las bodegas, minimizando la generación de aguas de limpieza y residuos, el creciente uso de energías renovables y limpias, la reutilización de subproductos y residuos, y control en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Con todo esto se “induciría a la necesaria integración de las bodegas-cooperativas, como garantes de la vertebración social, el cultivo sostenible del viñedo, y la optimización de recursos mediante economías de escala, para una mejor adaptación al mercado global vitivinícola”.
Por último, Cooperativas considera absolutamente básico e imprescindible “abordar un ambicioso programa de formación entre las organizaciones representativas del sector, y la Administración regional” dirigido a formar y orientar a los viticultores castellano-manchegos en el diseño y explotación más adecuado de sus plantaciones de vid. Todo ello, concluye el representante de Cooperativas, “acompañado de jornadas de transferencia al sector sobre innovaciones, descubrimientos o trabajos novedosos en torno a la vitivinicultura para que de forma práctica se puedan dar a conocer dichos avances.