El estudio sobre las cepas de uvas europeas ha sido realizado por la Universidad de Udine y el Istituto di Genomica Applicata (IGA), en Italia. En él se ha reconstruido la historia evolutiva de las variedades de uva y se ha identificado el gen posiblemente responsable de la transición de la planta de silvestre a cultivada.

La nueva investigación se inició con la secuenciación de más de 200 variedades de uva, con el objetivo de reconstruir la historia evolutiva de las uvas de vinificación en Europa.

En este estudio sobre las cepas de uvas europeas se refleja cómo los eventos de hibridación con las poblaciones naturales de vides silvestres europeas, que se produjeron tras la introducción de las formas domesticadas en el Este en la cuenca mediterránea, generaron variedades de vino europeas, promoviendo la diversificación y adaptación a nuevas zonas de cultivo.

Las conclusiones extraídas del estudio realizado por la Universidad de Udine y el Istituto di Genomica Applicata (IGA) sobre las cepas de uvas europeas se han publicado en Nature Communications. Michele Morgante, autora principal del mismo, destaca que «está claro que todas las cepas cultivadas derivan de un único evento de domesticación que tuvo lugar en el Cáucaso, la actual Georgia, a pesar de algunas teorías según las cuales se había producido un segundo evento de domesticación en Europa». Además, añade que «de este único evento se derivaron inicialmente las variedades de uva de mesa, de las que se obtuvieron las variedades de vino que posteriormente fueron traídas a Europa».

Las uvas se han cultivado durante casi cuatro milenios en el Mediterráneo oriental y durante dos milenios en Europa occidental. Sin embargo, siempre se ha debatido el origen de las uvas de vinificación europeas. Algunas investigaciones antes de la publicación de este estudio habían sugerido que las uvas de vino europeas se originaron a partir de la domesticación de especies de uvas silvestres europeas, independientemente de los eventos de domesticación en Asia occidental.