/p>>Bodegas Murviedro explica que ha revalidado su compromiso con la calidad y se convierte en una de las primeras bodegas en obtener la calificación AA equivalente a “Cum Laude” en la certificación BRC (British Retail Consortium).

Tecnovino Murviedro auditorias de calidad
Bodegas Murviedro renueva su compromiso con la calidad al obtener la máxima calificación por 14º año consecutivo en las auditorías correspondientes a los certificados BRC e IFS.
Una empresa auditora de gran prestigio certifica la seguridad del proceso de producción de Bodegas Murviedro con la máxima puntuación por 14º año consecutivo. Se trata de unas normas de seguridad y calidad alimentaria aceptadas globalmente que facilitan al comercio una herramienta de gestión de calidad, orientada al cumplimiento de sus obligaciones legales y la protección del consumidor.
La norma IFS (Internacional Food Standard) es un protocolo privado técnico desarrollado por los distribuidores alemanes, franceses e italianos con el propósito de ayudar a los proveedores a que suministren productos seguros conforme a las especificaciones y a la legislación vigente.
Del mismo modo, la norma BRC (British Retail Consortium) es una normativa establecida por la Asociación de Minoristas Británicos o  BRC, que une las asociaciones comerciales principales en el Reino Unido. Está formada por comerciantes al por menor que poseen pequeños comercios, hasta grandes cadenas comerciales especializadas y supermercados. Es uno de los modelos más difundidos internacionalmente para que los distribuidores y grandes superficies cualifiquen a sus proveedores de producto de marca.
Para Murviedro «ambas normativas establecen una norma común con un sistema común de evaluación, constituyen una prueba evidente del cumplimiento de la legislación vigente, aseguran transparencia en la cadena de suministro, suponen una diferencia competitiva y permiten conciliar la seguridad alimentaria y el control de calidad«. Y añade que además «facilitan el control de las etapas de producción, reduciendo los peligros de contaminación al máximo, permiten acceder a nuevos mercados y son fácilmente integrables con otras normas de seguridad alimentaria».