El vino Pirene 2020 de Familia Torres representa el nuevo exponente del proyecto de recuperación de variedades ancestrales de esta bodega familiar. Una iniciativa que nació para preservar el patrimonio vitícola de Cataluña y con la que hoy puede adaptarse al cambio climático.

Pirene 2020 de Familia Torres es un vino experimental de producción muy limitada, elaborado íntegramente con la variedad tinta del mismo nombre procedente de la finca de Sant Miquel de Tremp, en el Prepirineo, y destinado a la alta restauración. Pirene es una de las muchas variedades de uva desconocidas que existían en Cataluña antes de la llegada de la plaga filoxera.

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La filoxera causó estragos en los viñedos europeos y provocó la desaparición de muchas de estas vides, aunque algunas lograron sobrevivir. Familia Torres ha localizado, desde los años ochenta, más de 50 variedades perdidas y dedicado ingentes recursos para recuperarlas, centrando su atención en las que muestran mayor potencial enológico y capacidad para adaptarse a las altas temperaturas y la sequía como consecuencia del calentamiento global.

La investigación, al servicio del sector vinícola

Han sido necesarios muchos años de investigación, ensayos de campo y microvinificaciones para determinar que el lugar donde mejor se expresa la pirene es en los viñedos de montaña. Y es precisamente a ello a lo que debe su nombre. Familia Torres la plantó en su finca más alta, a una altitud media de 950 metros sobre el nivel del mar.

La pirene madura lentamente, sin prisas, hasta llegar a su punto óptimo de maduración a mediados de octubre, siendo la variedad que suele cerrar la campaña de vendimia de las fincas.

Vuelta a lo ancestral para adaptarse a la modernidad

El proyecto de recuperación de variedades ancestrales lo puso en marcha Miguel A. Torres en los años ochenta. Sin embargo, ante el reto que planteaba del cambio climático, sus hijos Miguel y Mireia Torres, se focalizaron sobre todo en aquellas variedades que, además de un gran potencial enológico, fueran más resistentes a las altas temperaturas y a la sequía, con la intención de crear nuevos vinos de marcada acidez.

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Pisaje alrededor del viñedo de donde procede la uva para elaborar Pirene 2020. Foto: Jordi Elias

Pirene es el cuarto vino de Familia Torres elaborado con variedades ancestrales recuperadas y el segundo monovarietal. Sus predecesores son Grans Muralles (DO Conca de Barberà), Clos Ancestral (DO Penedès) y Forcada (DO Penedès), elaborado al 100% con la variedad blanca ancestral que da nombre al vino.

Nota de cata

La variedad recuperada Pirene está plantada en la finca que Familia Torres tiene en Tremp (Lleida), a 950 metros sobre el nivel del mar. Es una variedad tinta con mucho color y un alto nivel de taninos. Muestra mucha fruta roja, con un toque mineral y especiado.

Es elegante y sorprende en boca por su textura y finura, de fruta sabrosa y a la vez fresca. Crianza en barrica de roble francés de segundo año durante cuatro meses y en depósitos de acero inoxidable.

Se trata de una joya enológica que destaca por su resistencia a la sequía y las altas temperaturas, lo que las hace especialmente interesantes en el nuevo escenario climático. De las más de 50 variedades recuperadas a día de hoy, seis son las que acaparan toda la atención, como es el caso de la pirene, con la que se elabora este monovarietal de producción muy limitada. 

Precio recomendado: 45 €. Puede adquirirse aquí.