Tonelería Gangutia, una de las más antiguas de España, ha celebrado un acto en el Círculo Logroñés con trabajadores, clientes, proveedores y amigos. Un evento en el que han participado Fernando Gangutia, quinta generación de la familia, Mª Teresa Pérez Fernández, gerente de Tonelería Gangutia, y Marcos Jiménez Zapatero, alcalde de Cenicero.

Situada en Cenicero (La Rioja), Tonelería Gangutia celebra sus 150+1 años de trayectoria, donde siempre ha buscado la excelencia en sus productos, poniendo como eje principal de su trabajo el valor de un oficio ancestral, fusionando un saber hacer artesanal con las últimas tecnologías, enfocando todos sus procesos hacia la sostenibilidad.

Tecnovino- Tonelería Gangutia 151 aniversario
En la foto de izda. a dcha. Fernando Gangutia, Mª Teresa Pérez Fernández y Marcos Jiménez Zapatero

Producen más de 150.000 barricas al año. La tonelería cuenta con clientes nacionales e internacionales, entre los que destacan Francia, Argentina, Chile o Sudáfrica. Además, cuenta con una pequeña filial en Estados Unidos, Tonelería Gangutia USA.

El origen de la tonelería se remonta a 1870, cuando Estanislao Gangutia (el tatarabuelo de Fernando) empezó a trabajar elaborando cubas para diferentes bodegas de Rioja. Su hijo, Santiago, se dio cuenta de que los nuevos usos de las barricas por parte de los enólogos franceses podían ser una oportunidad. Gracias a las enseñanzas de su padre, montó uno de los primeros talleres de tonelería de la zona. Así comenzó un linaje de cuberos, una profesión que han sabido transmitir de generación en generación, dejando un legado de conocimiento, esfuerzo y respeto por el oficio, además de un fuerte compromiso con el entorno.

I+D+i, certificados PEFC, ISO-14001 y economía circular

Son conscientes de que las barricas son una de las herramientas fundamentales para el trabajo de los enólogos, necesarias para la conservación y crianza de vinos y destilados. Por ello, invierten continuamente en I+D+i y trabajan sin stock y mano a mano con ellos, personalizando cada pedido. Otorgan así un producto de calidad, totalmente adaptado a sus necesidades y respetando la personalidad de las distintas variedades de uva y zonas de producción.

En cuanto a su materia prima, cabe destacar que procede de los mejores ejemplares de roble francés, europeo y americano, así como maderas alternativas como la acacia, el cerezo el castaño o incluso el eucalipto. Seleccionan las maderas en función del aporte tánico y diseñan el curado de cada roble según su ADN marcando la diferencia con tostados revolucionarios. Otro de sus pilares es el secado natural (que no baja de los 30 meses) y el tostado a medida.

Además de contar con certificados como PEFC y regirse bajo la ISO-14001, toda su cadena está enfocada a lograr una auténtica economía circular. Conscientes de que “proteger el mundo donde vivimos no es sólo una opción, es una exigencia”, trabajan con materiales de alta calidad que, además, responden a los criterios de respeto y compromiso con el medio ambiente.