La Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León (Vitartis) y la compañía biotecnológica IDForest han realizado una investigación que ha revelado que ciertos hongos y bacterias que se encuentran naturalmente en los suelos de los viñedos ayudan a defender a las plantas del impacto negativo que supone el cambio climático. Se trata de un proyecto innovador de carácter estratégico para el sector vitivinícola de Castilla y León y La Rioja.

Uno de los primeros resultados del proyecto Mycowine, avanza que algunos hongos y bacterias que habitan de manera natural en los suelos del viñedo ayudan a proteger a las plantas de los efectos adversos que conlleva el cambio climático. En él que colaboran seis bodegas de Castilla y León y La Rioja, pertenecientes a cuatro de las denominaciones de origen más relevantes nacionalmente: Bodega Matarromera, Bodegas Bilbaínas, Bodegas Fariña, Pago de Carraovejas, Real Sitio de Ventosilla y Bodegas Grupo Yllera.

Tecnovino, proyecto Mycowine
Representantes de las bodegas y entidades que participan en Mycowine en Bodegas Bilbaínas

En una jornada llevada a cabo en las instalaciones de Bodegas Bilbaínas, en Haro (La Rioja), se presentaron los resultados más relevantes de la primera fase del proyecto, en la que se ha hecho análisis de las características físicas, químicas y biológicas de los suelos de viñedo.

Viñedos más productivos y de calidad

Los estudios han confirmado la importancia de algunos hongos y bacterias que se encuentran en el suelo viñedo, ya que ayudan a las plantas a absorber mejor el agua y los nutrientes. Además, contribuyen el equilibrio del ecosistema del suelo, eso hace que los viñedos sean más productivos y tengan uvas de mayor calidad.

Además, el proyecto Mycowine, el cual está financiado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader), estudia cuánto favorecen estos microorganismos al terreno y su contribución a que el viñedo sea más equilibrado y saludable algunas técnicas agrícolas respetuosas con el medio ambiente, por ejemplo, mantener cubiertas vegetales entre las cepas.

Mejorar la uva

Después de los análisis de las muestras recogidas de los suelos de los viñedos, en la segunda fase se seleccionarán los microorganismos más beneficiosos para, una vez multiplicados en el laboratorio, aplicarlos en las parcelas.

Su propósito es comprobar cómo mejora la salud del suelo, la calidad de la uva, al igual que se reduce poco a poco el uso de productos fitosanitarios.

Esto también permitirá recuperar suelos degradados y combatir problemas como la desertificación y la pérdida de fertilidad, que afectan a gran parte del campo del país.

Una lucha contra el cambio climático

Con cerca de 80.000 hectáreas de viñedo, Castilla y León es la tercera comunidad autónoma de España con mayor superficie vitícola, “por lo que resulta especialmente sensible al impacto del cambio climático en este cultivo”, ha expresado Cristina Ramírez directora de Vitartis.

Y añade que Vitartis ha gestionado ahora la puesta en marcha de este proyecto de investigación con el fin de que los socios y las empresas del sector en general puedan adelantarse a la lucha de los efectos del cambio climático.