/p>>Finca La Emperatriz, la bodega de de los hermanos Hernáiz en la DOC Rioja, presenta Finca La Emperatriz Viura Cepas Viejas 2011, una edición limitada de gama alta procedente de cepas de más de 65 años.

Finca La Emperatriz Viura Cepas Viejas sale al mercado en su nueva añada 2011, producido a partir de cepas viejas de la variedad viura.
Cuando en 1996 los hermanos Hernáiz decidieron adquirir la histórica finca de viñedo que había pertenecido a la Eugenia de Montijo, Emperatriz de Francia, vivían aún algunas viejas cepas plantadas de hacía años. Entre ellas, había algunas de viura, la variedad blanca típica de la DOC Rioja. No son más que 8 Ha de la finca, pero Eduardo Hernáiz intuyó enseguida el potencial que podían tener esas plantas con más de medio siglo de vida.
En la parcelación de la finca que realizaron los Hernáiz, se dio el número 2 a esa parcela donde se mantenían las cepas viejas de viura, y desde los inicios se trató la uva de forma aislada al resto pues cabía suponerle una personalidad diferenciada. La edad de las cepas y el peculiar terroir de la finca, donde sorprende la dureza y la blancura del manto de canto rodado que cubre un subsuelo francoarenoso, imprimen a esta viura una mineralidad característica, y hacen que sea especialmente idónea para la elaboración de un blanco de guarda.
Con esas uvas los Hernáiz elaboran su Finca La Emperatriz Viura Cepas Viejas, cuya nueva añada 2011 lanzan la mercado, una añada con un invierno seco y largo al que siguió un verano sin excesivo calor, pero un septiembre inusualmente cálido que permitió recuperar el retraso acumulado en la maduración de la uva. Al cabo, se seleccionaron las cepas cuyo rendimiento alcanzaba 1 kg como máximo, y se vendimiaron a mano el 27 de septiembre de 2011. El mosto fermentó ya en barricas de roble francés de primer y segundo vino, sin sobrepasar los 17ºC, donde permaneció otros 9 meses.
El fruto de esas cepas viejas de viura lo celebran ahora Eduardo y Víctor Hernáiz al catar su Finca La Emperatriz Viura Cepas Viejas 2011: sus tostados y las notas de pastelería que se aprecian en nariz evocan su crianza en barrica, aunque sin ocultar los cítricos, las frutas blancas y las flores secas. En boca también se disfruta; amplio, goloso, graso y a la vez fresco y con nervio. Complejidad y elegancia, y un equilibrio perfecto entre el carisma de estas plantas viejas y la juventud de planteamientos de la propiedad en esta finca histórica.