Viña Pomal Gran Reserva estrena añada y nueva imagen inspirada en los grandes reservas de Bodegas Bilbaínas. Así la bodega riojana homenajea la excepcional vendimia de 2010 con la presentación de una añada conmemorativa durante La Cata del Barrio de la Estación que se ha celebrado el 17 de septiembre.

Tecnovino Vina Pomal Gran Reserva Bodegas BilbainasBodegas Bilbaínas explica que «a raíz de la extraordinaria cosecha obtenida hace seis años en Rioja Alta, calificada como “excelente” por el Consejo Regulador de la D.O. Ca. Rioja, y aprovechando uno de los eventos enológicos más esperados del año, La Cata del Barrio Estación», ha presentado la nueva añada del que califica como uno de sus vinos más emblemáticos: Viña Pomal Gran Reserva 2010. En esta ocasión, y coincidiendo con dicho lanzamiento, la bodega riojana ubicada en el término municipal de Haro ha querido ir un paso más allá y aprovechar la ocasión para renovarse por fuera, con una etiqueta que conmemora a los vinos prestige de la casa.
Predominantemente dorada y con una delicada inscripción en colores claros, este reluciente diseño se inspira en la etiqueta clásica de los Grandes Reserva de la firma que desde 1904 ha sido un claro reflejo del espíritu de Viña Pomal, estandarte de Bodegas Bilbaínas. Según destaca la firma: «elegante y refinada, esta nueva imagen logra dotar a este vino de un estilo único y de lo más distinguido».

Viña Pomal Gran Reserva, en detalle

Elaborado a base de Tempranillo (90%) y con un toque de Graciano (10%), Viña Pomal Gran Reserva 2010 destaca por ser un vino de gran equilibrio, muy aromático y perfectamente estructurado. Gracias a las excelentes condiciones climatológicas que se dieron ese año, así como a la antigüedad de los viñedos propiedad de la bodega, este nuevo vino presenta una personalidad única: puro reflejo del terruño riojano.
Viña Pomal Gran Reserva se caracteriza por una vinificación tradicional. En primer lugar, una meticulosa selección, despalillado y estrujado de la mejor uva para realizar una maceración moderadamente larga en depósito. Tras un año de crianza en barrica de roble americano, el vino es trasegado nuevamente a un tanque para decidir el coupage del Gran Reserva, y el Graciano entra a formar parte de la mezcla de la base de Tempranillo. Una vez terminado este proceso, el vino pasa un año más en barrica para completar sus dos años de crianza en roble, y posteriormente otro año más en tina donde de forma natural termina de limpiar y de ensamblar todos sus componentes. Por último, el proceso finaliza con tres años de crianza en botella.
De este modo, según da a conocer Bodegas Bilbaínas su proyecto de prestigio «sigue consolidándose y al mismo tiempo recibiendo múltiples reconocimientos». Algunos de los más destacados han sido para la última añada, la de 2008, con los 90 puntos de Robert Parker, así como los 92 puntos de la Guía Peñín para la añada 2004, entre muchas otras distinciones.