Avienne de Bodegas Más Que Vinos es el rosado que nace de la amistad de la enóloga Alexandra Schmedes y el fotógrafo Armin Zogbaum, procede de un terruño marcado por un un suelo calcáreo con una mineralidad única. Elaborado con garnacha tinta de viñas viejas de cultivo sostenible, este vino rosado habla de la tierra, el cielo y la luz donde nace.

Un profundo amor por los vinos rosados unen a Alexandra Schmedes, reconocida enóloga, y a Armin Zogbaum, fotógrafo de fama internacional. Su pasión mutua se refleja en una colaboración exclusiva entre Avienne y Bodegas Más Que Vinos. De cultivo ecológico, solamente se eligen para su elaboración las bayas maduras y sanas con los aromas más delicados y los sabores más intensos. Estas uvas se seleccionan cuidadosamente y se vendimian a mano.

Tecnovino, Bodegas Más que vinos, Avienne
Avienne está elaborado con garnacha tinta de viñas viejas de cultivo un sostenible que habla de la tierra, el cielo y la luz donde nace

Este rosado esta lleno de una luz que invita a celebrar la vida, su aroma está marcado por delicadas notas de pequeñas fresas silvestres mezcladas con hibisco y trazas de cítricos. En el paladar, el vino es fresco y afrutado, con sabores de pequeños frutos rojos, pomelo y melocotón blanco. El final es equilibrado, elegante y se caracteriza por una fresca acidez.

Desde la bodega señalan que «el espectro de la luz mediterránea comienza con los tonos más delicados al amanecer, cambiando a una miscelánea de cromatismo acuarelado que, con la puesta de sol, se convierte en una sinfonía de colores rosáceos. Esa luz pura y radiante queda reflejada en cada botella de Avienne«.

Viticultura en equilibrio, sostenible y ecológica

Margarita Madrigal, Alexandra Schmedes y Gonzalo Rodríguez forman Bodegas Más Que Vinos. Juntos llevan a cabo un proyecto propio, elaborando vinos con las viñas familiares de Gonzalo, ubicadas en la Meseta de Ocaña (Dosbarrios, Toledo). Abogan por la viticultura y enología sostenible buscando elaborar vinos que estén en armonía con el entorno.

Cuentan con 35 hectáreas de viña propia ubicadas en la Finca familiar El Horcajo y la Meseta de Ocaña, de donde también provienen otros vinos como Los Conejos Malditos, Viña el Señorito de Ercavio, La Plazuela y La Garnacha de la Madre, entre otros.

Todos sus viñedos se cultivan orgánicamente. Sus vinos y aceite son el resultado de su compromiso ambiental y social. Respetan profundamente la naturaleza, la tradición vinícola y la microbiología de la zona donde están situados. Además, basan su trabajo en la filosofía de cultivar las variedades autóctonas y locales: Malvar, Airén, Garnacha y Cencibel.