La Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) y la Fundación Tierra de Viñedos han presentado, en colaboración con Agrobank, un informe que destaca la relevancia económica del sector vitivinícola en Castilla-La Mancha. Según el estudio, la vitivinicultura genera un Valor Añadido Bruto total superior a los 1.740 millones de euros anuales, y presenta un superávit comercial que se sitúa por encima de los 770 millones de euros anuales de media en los últimos cinco años. El sector ayuda a generar y mantener más de 42.770 empleos directos, indirectos e inducidos en la economía castellanomanchega.

El estudio sobre importancia económica del sector vitivinícola en Castilla-La Mancha es el primero de los informes regionales en los que la Interprofesional del Vino de España está trabajando. En los próximos meses, la organización tiene previsto publicar el análisis de la importancia del sector en otras zonas de nuestro país.

Según el estudio, elaborado por Analistas Financieros Internacionales (AFI), para la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) y la Fundación Tierra de Viñedos, la vitivinicultura genera un Valor Añadido Bruto total superior a los 1.740 millones de euros anuales, y presenta un superávit comercial que se sitúa por encima de los 770 millones de euros anuales de media en los últimos cinco años.

En términos de contribución económica de la región, el sector vitivinícola aporta más de un 4,6% al PIB de Castilla-La Mancha, Quedando patente que la región está especializada en la elaboración de bebidas en relación con la media española, con un índice de especialización de 2,26.

En términos de empleo, ayuda a generar y mantener más de 42.770 empleos directos, indirectos e inducidos en la economía de la región. Además, presenta una elevada especialización en las exportaciones de la industria de fabricación de bebidas y, en concreto, de la elaboración de vinos, que supone más del 70% del valor de las exportaciones.

Superficie de viñedo

El viñedo está presente en más de la mitad de los municipios de Castilla – La Mancha, convirtiéndose en uno de sus principales activos con más de 456.000 hectáreas (en media del periodo 2016 – 2020), de acuerdo con el Registro Vitícola CCAA. Alberga cuatro de las cinco provincias españolas con mayor superficie de viñedo para vinificación (todas excepto Guadalajara) que, a su vez, se caracterizan por una destacada presencia de municipios poco poblados. Ello representa el 48% de la superficie de este cultivo en el conjunto de España y más del 6% de la superficie mundial (considerando que esta última ronda los 7,4 millones de hectáreas, según la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV)).

Además, es líder en superficie destinada a cultivo ecológico (13% de la superficie total) y la primera región productora de vinos de España con más de 20 millones de hectolitros anules en su haber.

Cabe destacar que en la región se localizan 20 Denominaciones de Origen
Protegidas (DOP)
, es decir, un 21% de las existentes en España.

Enoturismo castellanomanchego

El enoturismo contribuye al sector vitivinícola dando a conocer a los visitantes, llegados de distintos lugares de origen, la riqueza vinícola, gastronómica y cultural de Castilla-La Mancha. La región cuenta en la
actualidad con cuatro Rutas del Vino de España (incluyendo la Ruta del vino de Jumilla, que transcurre por municipios de la provincia de Albacete y de Murcia), de las que forman parte distintas bodegas y museos, y que en 2019 recibieron más de 60.200 visitantes (según ACEVIN, 2020).

El sector vitivinícola castellanomanchego, parte fundamental del empleo de la región

La actividad vitivinícola contribuye a la fijación de población al territorio, lo que es clave en una región con abundantes municipios poco poblados (más del 40% de los municipios de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo tienen menos de mil habitantes), y en la que el viñedo es fuente de actividad para más de 79.700 viticultores registrados.

En términos de empleo, en el informe se especifica que el sector ayuda a generar y mantener más de 42.770 empleos directos, indirectos e inducidos en la economía castellanomanchega, de entre los cuales se estima que emplea a más de 20.000 profesionales de manera directa (empleos equivalentes a jornada completa).

Dentro de la cadena de valor del sector vitivinícola castellanomanchego, destaca el peso económico de la actividad vitícola, que da soporte al cultivo y mantenimiento de las extensas plantaciones de vid que alberga la región y que ayudarían a mantener más de 12.000 puestos de trabajo equivalentes a jornada completa, así como a generar más de 497 millones de euros de VAB.

Asistentes a la presentación del informe

Estas son las principales conclusiones del estudio ‘La relevancia económica del sector vitivinícola en Castilla-La Mancha’ elaborado por Analistas Financieros Internacionales (AFI) para la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) y la Fundación Tierra de Viñedos. Emilio Ontiveros, presidente de AFI, ha sido el encargado de presentar el informe en presencia del consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de la JCCM, Francisco Martínez Arroyo, el presidente y la directora general de la Organización Interprofesional del Vino de España, Ángel Villafranca y Susana García respectivamente; la directora de la Fundación Tierra de Viñedos, Diana Granados; el Director Agrobank D.T. Castilla-La Mancha, Pedro Antonio Martínez; y la alcaldesa de Tomelloso, Inmaculada Jiménez. El acto, que ha sido conducido por Jorge Jaramillo, periodista especializado en información agroalimentaria en CMM Televisión, se ha celebrado en el Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha (IRIAF) de Tomelloso, Ciudad Real.

El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural y presidente de la Fundación Tierra de Viñedos, Francisco Martínez Arroyo, ha resaltado la importancia de este estudio desde el punto de vista económico y social. Un trabajo iniciado desde hace dos años, fruto del convenio adquirido entre la administración regional a través de la Fundación Tierra de Viñedos y la Organización Interprofesional del Vino. Arroyo ha destacado que el sector vitivinícola representa ya más de 4,6 por ciento del PIB, de la riqueza de Castilla-La Mancha, algo que se consigue, ha dicho “gracias al esfuerzo de todos, de trabajadores campo, los viticultores, bodegas particulares o los que llevan nuestro vino a todos rincones del mundo. De ellos presumimos y es la clave”.

Arroyo ha insistido en la necesidad de avanzar en el embotellado en el vino, porque es ahí donde “hay valor añadido para esta tierra”. Y es que, ha subrayado, “fideliza a los clientes más allá de la buena labor de los comerciales de las empresas del sector de la región”. El consejero de Agricultura, además, ha animado al sector “a dar un paso valiente, sin localismos, ni ambages para que haya empresas grandes que defiendan bien el producto de los 85.000 viticultores que hay en Castilla-La Mancha”.

Por su parte, Ángel Villafranca, presidente de OIVE ha querido destacar que “es importante saber lo que somos como sector y estos datos nos permiten saber dónde estamos y los retos que demos afrontar. Es importante trabajar todas las regiones en favor de un objetivo, la valorización de nuestros productos. Por ello, este tipo de información sectorial es el primer paso para el desarrollo del pan estratégico que desde OIVE estamos trabajando«.

Durante la presentación, Emilio Ontiveros, presidente de AFI, ha señalado que “el sector tiene ante sí la oportunidad de redoblar el esfuerzo en I+D+i e impulsar programas formativos para el desarrollo de habilidades comerciales ligadas al sector, que den soporte a las estrategias de comercialización y posicionamiento internacional de los vinos elaborados en la región. Existe margen de mejora para ampliar las capacidades en investigación e innovación aplicadas, para que estén más acordes con la importancia económica que tiene el sector vitivinícola en Castilla-La Mancha”.