La apuesta por el turismo sostenible y de calidad del Grupo Freixenet vuelve a ser reconocido. Dos de sus bodegas, Freixenet y Segura Viudas, renuevan el sello Biosphere que certifica que sus proyectos de enoturismo cuentan con una gestión sostenible, desarrollo económico y social, conservación del patrimonio cultural y ambiental, calidad y seguridad e implicación del visitante.

Dos bodegas de Grupo Freixenet, Freixenet y Segura Viudas,obtienen por tercer año consecutivo la renovación del distintivo «Compromiso Biosphere» como reconocimiento a su apuesta por el turismo sostenible y de calidad.

El sello de turismo sostenible Biosphere es impulsado por la Diputación de Barcelona con la colaboración del Instituto de Turismo Responsable (ITR) que certifica el turismo sostenible, voluntario e independiente. Freixenet lo consiguió por primera vez en 2018 y desde entonces lo ha renovado cada año bajo el destino “Costa de Barcelona”.

El sello acredita que las bodegas cumplen los requisitos del estándar «Biosphere Destination» y que aplica con éxito seis criterios concretos en sus políticas turísticas: gestión sostenible, desarrollo económico y social, conservación y mejora del patrimonio cultural, conservación ambiental, calidad y seguridad e implicación del visitante.

Los objetivos que persigue este certificado de sostenibilidad pasan por incorporar nuevos criterios propios para la sostenibilidad, manteniendo aspectos de calidad turística, y por dar una garantía a los turistas en los seis ámbitos mencionados.

La segunda ruta más visitada

Las centenarias cavas Freixenet están decididamente abiertas al enoturismo y por ellas pasaron en 2019 más de 75.000 personas, siendo una de las bodegas más visitadas del Penedès, que a su vez es la segunda ruta del vino más popular a nivel estatal. La visita invita a descubrir el arte de la elaboración del cava y a vivir una experiencia pedagógica y sostenible. Las cavas se encuentran en Sant Sadurní d’Anoia, a sólo 35 minutos de Barcelona.

Por su parte, la bodega Segura Viudas se encuentra en un espectacular enclave en el corazón de Penedès, encabezado por su masía fortificada con casi 1.000 años de historia. La bodega apuesta por el enoturismo sostenible y el respeto por la viticultura tradicional y la biodiversidad de su entorno privilegiado. La determinación de la bodega para preservar todo este patrimonio cultural y natural se ha colocado en la base de la propuesta enoturística que ofrece la marca.

Con el objetivo de mantener su compromiso con esta iniciativa, desde Grupo Freixenet se trabaja en la garantía de equilibrio económico, sociocultural y medioambiental en términos de enoturismo para satisfacer las necesidades de los visitantes y la compañía.