Los bodegueros se enfrentan a muchos riesgos, algunos previsibles y otros ajenos a su control, que pueden provocar alteraciones del vino, la pérdida de la producción o incluso la destrucción de las instalaciones bodegueras. Por ello, desde la consultoría Willis Towers Watson recomiendan al sector contratar pólizas que contemplen la totalidad de amenazas a las que se enfrenta el sector.

tecnovino Willis Towers Watson
La Jornada TOP WINE- Nuevos seguros para nuevos tiempos, estuvo organizada por la consultoría Willis Towers Watson y la Cámara de Comercio de Valladolid,

La Jornada TOP WINE- Nuevos seguros para nuevos tiempos, organizada por la consultoría Willis Towers Watson en colaboración con la Cámara de Comercio de Valladolid, presentó al sector nuevas coberturas específicas, integrales e innovadoras para la industria. Durante la jornada, a la que asistieron muchas de las bodegas más emblemática de la zona, se indicó que resulta fundamental proteger la uva y la producción del vino frente a los riesgos potenciales a los que se enfrentan.
El sector vitivinícola español, es el primer exportador mundial de vino con 21,8 millones de hectolitros, y uno de los tres principales productores con una elaboración media de 42 millones de hectolitros al año. Un mercado de éxito que se enfrenta a diario a riesgos que abarcan desde las alteraciones y la contaminación del vino, los defectos del corcho, la pérdida de la producción como consecuencia de una plaga o la destrucción, total o parcial, de las instalaciones bodegueras.
En consecuencia, según explicó Emilio Fernández- Galiano, director de Nuevo Negocio de Willis Towers Watson, “la anticipación, a través de un conocimiento exhaustivo de las amenazas a las que se enfrentan los bodegueros, permite a los profesionales del sector prepararse y asegurarse frente al peor escenario de todos, a través de la contratación de coberturas integrales especialmente diseñadas a tal efecto y totalmente novedosas en el mercado”.

Riesgos que se escapan al control del bodeguero

Ahora bien, ¿qué ocurre con esos riesgos que se escapan completamente del control de los bodegueros como el clima de una región? “Según la fase del proceso de desarrollo de la uva en el que nos encontremos, la falta de lluvia o el exceso de precipitaciones, pueden dañar gravemente la cosecha y, en consecuencia, la producción final del vino, tanto a nivel cuantitativo, número de botellas, como cualitativo respecto a la calidad del producto final», ha señalado Rafael Montoya, Alternative Risk Transfer / Parametric & Non Standard Solutions de Willis Towers Watson.
Por todo ello, “es tan importante que las pólizas contratadas por los profesionales vitivinícolas recojan el total de las amenazas a las que se enfrentan en su sector, y ello debe incluir los riesgos paramétricos específicos de su industria”, ha concluido el Rafael Montoya.
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