Tras los buenos resultados obtenidos en 2022, Bodega Otazu continúa con su objetivo de expandirse a nuevos mercados en 2023 y en su apuesta por la sostenibilidad e innovación a través de varios proyectos.

Bodega Otazu, con su viñedo certificado con la DOP Pago, cierra 2022 con un crecimiento nacional del 26% y uno internacional del 16%, obteniendo un incremento de su facturación global del 21% en comparación con 2021.

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En 2023, la bodega mantiene su objetivo de incrementar su presencia en el mercado internacional, donde tiene previsto expandirse a nuevos mercados, e insiste, a su vez, en el valor de su proyecto enológico. Además, en su apuesta por el medio ambiente, afianzará los proyectos de sostenibilidad como Viñasostenible, y pondrá en marcha el plan de autoabastecimiento solar con la instalación de placas solares.

En paralelo, Bodega Otazu, en su compromiso por la innovación en el sector vinícola, invertirá en proyectos de I+D tales como:

  • Berués:la primera variedad del proyecto de recuperación de uvas autóctonas de la cuenca de Pamplona, que se plantó en junio de 2019, persigue poner en valor el patrimonio vitivinícola y enológico navarro.
  • Biovid: centrado en investigar nuevas estrategias orientadas a la prevención de la Botrytis.
  • O3VIÑA: diseñado para controlar las enfermedades fúngicas en la viña.

Estos proyectos están financiados por el Gobierno de Navarra y lideran la propuesta de iniciativas de (I+D) de Otazu.

Bodega Otazu: pasado, presente y futuro

El viñedo con DOP Pago más al norte de España se encuentra ubicado a tan solo ocho kilómetros de Pamplona y se enmarca entre la Sierra del Perdón y la Sierra del Sarbil, con el río Arga como delimitador natural.

La totalidad de los vinos de Bodega Otazu están elaborados exclusivamente con las uvas procedentes de las 116 hectáreas de viñedo propio que rodean la Bodega: tempranillo, cabernet sauvignon, merlot, cabernet franc, pinot noir, chardonnay y berués.

Sobre la bodega, Guillermo Penso, presidente de Fundación Otazu, declara que “Otazu es pasado, presente y futuro. El vino ha crecido en esta tierra durante 900 años y crecerá en esta tierra dentro de los próximos 900 años; una tierra que cuidamos y que queremos dejar, en una mejor situación de la que la recibimos, a las generaciones futuras”.