La nueva interpretación del vino blanco de Finca Tinedo es tan peculiar como el nombre elegido para la ocasión. Runrún 2020 lleva impregnada la filosofía de esta quinta generación de la bodega centenaria, con vinos que sólo son fieles a sus propias reglas. Es un vino blanco diferente, elaborado con las variedades moscatel, roussane y sauvignon blanc, con un envejecimiento en barricas de tinto, motivo por el cual presenta un característico color rosado.

Finca Tinedo, con sede en Socuéllamos (Ciudad Real) nace en 1846, pero es desde el 2005, con la quinta generación de esta bodega centenaria, cuando decide comercializar sus propios vinos, para mostrar al mundo las características especiales que el terruño manchego aporta a sus distintas variedades. Aquí se produce Runrún 2020, un vino blanco muy particular.

Tecnovino vino Runrun Finca Tinedo

Este vino blanco salió al mercado con las añadas 2014 y 2016, pero es ahora cuando la bodega recupera Runrún, con su añada 2020, para dar un paso más allá y crear un vino diferente y excepcional.

Ecológico y fermentado con sus pieles (hollejos), ha tenido una crianza de 6 meses en barricas francesas que anteriormente se habían usado para la crianza de sus vinos tintos. Esto es lo que hace que Runrún posea un color rosado piel de cebolla y una ligera tenacidad más propia de los tintos que de los vinos blancos.

Un singular accidente

«Runrún ha sido un afortunado accidente», asegura Manuel Álvarez-Arenas, al frente de la quinta generación de Finca Tinedo. «Un coupage de moscatel (45%), roussane (30%) y sauvignon blanc (25%) que pasó más de 2 inviernos en barricas de tinto y que descartamos para mezclar con otro vino porque vimos que era un vino muy interesante, muy gastronómico y singular, beneficiado por su fermentación y maceración con los hollejos de uva y por la ligera tanicidad que le aportaba la barrica de tinto”, añade Manuel.

Su característico nombre se eligió por las dudas que surgieron en torno a su propio nacimiento. Las dudas alrededor de él en la bodega, llevaron a sus creadores a bautizar así a este singular vino. Utilizarlo para coupage con otros vinos, sacarlo al mercado como otra marca de la bodega… Esa indecisión llevó a Manuel Álvarez-Arenas a llamarlo Runrún, que por fin determinó incluirlo en la gama que la bodega define como Vinos de Parcela, que expresan el terruño manchego en el que han nacido. También hay juego con el nombre en su propia etiqueta, con la libertad, con el runrún del viento y el runrún de lo singular.

PVP botella de Runrún: 12,40€