Durante la jornada «Economía circular en el sector vitivinícola», celebrada en el Centro Tecnológico AIMEN, se presentaron los avances del proyecto WETWINE. Este desarrolla un sistema de bajo coste para la gestión de efluentes de la industria vitivinícola mediante el que se limitará la generación de residuos y se obtendrá un fertilizante de alto valor añadido para los viñedos.

Tecnovino proyecto WETWINE
Visita a la planta piloto de WETWINE instalada en la Bodega Santiago Ruiz

El proyecto WETWINE es una iniciativa de cooperación transnacional que promueve reducir el impacto sobre el medioambiente de la actividad vitivinícola en la zona SUDOE (sur de Francia, España y Portugal) mediante la incorporación de soluciones innovadoras para la valorización de residuos de este sector. Los socios del proyecto han celebrado, en el Centro de Aplicaciones Láser de AIMEN Centro Tecnológico, la jornada «Economía circular en el sector vitivinícola» en la que se presentaron algunos de los principales avances que se están llevando a cabo en el marco de WETWINE y a la que asistieron 70 personas.
En el marco del proyecto WETWINE se está desarrollando un sistema de bajo coste y fácil manejo para la gestión de efluentes de la industria vitivinícola mediante el que se limitará la generación de residuos y la contaminación del suelo y se obtendrá un fertilizante de alto valor añadido para los viñedos. Además, esta iniciativa busca difundir y transferir esta tecnología al sector vitivinícola y facilitar recomendaciones sobre el uso y gestión de las aguas y de los residuos en las bodegas.

La planta piloto se ha instalado en la Bodega Santiago Ruíz, situada en O Rosal (Pontevedra), que produce 400.000 litros al año de vino blanco y tiene una superficie de viñedo de 35 hectáreas

Dentro de la iniciativa, AIMEN es la encargada de desarrollar y validar este innovador sistema, que combina la digestión anaerobia y los humedales construidos para tratar el agua residual y lodo procedente de las aguas de proceso y de limpieza de bodegas, con los que se obtienen, como subproductos, agua para riego y un abono de potencial uso en viñedos. En la fase anaerobia se eliminan los sólidos y la materia orgánica; mientras que en el humedal el agua circula por un medio filtrante de arena donde, por acción de los microorganismos y la vegetación plantada se depuran estas aguas. Los lodos resultantes se almacenan en la superficie de un humedal construido y se estabilizan para que pueden ser empleados para fertilizar las viñas.

Planta valorización WETWINE en la Bodega Santiago Ruiz.

La planta piloto se ha instalado en la Bodega Santiago Ruíz, situada en O Rosal (Pontevedra), que produce 400.000 litros al año de vino blanco y tiene una superficie de viñedo de 35 hectáreas. El sistema WETWINE testará su funcionamiento tanto en campaña de vendimia, con altos picos de actividad y de residuos; como durante el resto del año.

Ahorro estimado de un tercio respecto a tratamiento convencionales

La incorporación del sistema WETWINE al sector, que por su versatilidad puede ser adaptado a los requerimientos propios de cualquier tipo de bodegas, puede aportar un ahorro estimado de un tercio respecto a la utilización de tratamiento convencionales. Además, se aporta una solución para reducir el impacto medioambiental del sector mediante una fórmula basada en procesos naturales.
Durante la jornada «Economía circular en el sector vitivinícola», además se debatió sobre el marco legislativo para el tratamiento y reutilización de agua, en una ponencia a cargo de Cristina Roldán, jefa de sección técnica de la Confederación Hidrográfica del Miño Sil. Este aspecto es de suma importancia para el sector ya que la normativa actual es una de las principales barreras a las que se enfrentan tecnologías innovadoras como la desarrollada en el proyecto WETWINE, que busca adaptar la legislación para eliminar las posibles trabas a la incorporación de este tipo de sistemas para tratar y reutilizar aguas residuales.
Además, Hernán Ojeda, director de la Unidad Experimental de Peach Rouge, del INRA (Francia) dio a conocer las necesidades nutricionales de la vid y los fertilizantes, haciendo hincapié en el subproducto obtenido con la iniciativa WETWINE. La jornada finalizó con una visita a la Bodega Santiago Ruíz, en la que se pudo conocer de primera mano el funcionamiento del sistema WETWINE que está validando AIMEN.
El proyecto WETWINE está formado por un consorcio de 8 beneficiarios de 3 países y 12 regiones vitivinícolas de la región SUDOE . Además, la iniciativa pretende transferir los resultados a otras áreas tanto de la región como del resto de Europa. El proyecto  fue aprobado en la Primera Convocatoria del Programa Interreg Sudoe 2014 – 2020, y está cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) con un importe de ayuda FEDER de 940.981,49 € y con una duración de 36 meses (desde el 1 de julio de 2016 hasta el 30 de junio de 2019).