Hablar de Valdelana es hablar de una familia que está implicada de principio a fin en su proyecto: desde el viñedo hasta la bodega y sus vinos para completar todo con su oferta de alojamiento y actividades de enoturismo, que incluye la visita a su bodega museo subterránea y varias iniciativas muy interesantes. Con sede en Elciego son el reflejo de la autenticidad de Rioja Alavesa.
En palabras de Juan Jesús Valdelana: «El vino es la suma de tres pilares fundamentales: primero la tierra, la mineralidad, lo que absorben las raíces, en segundo lugar el clima y en tercero el hombre, que es el mero transmisor entre la naturaleza y el producto final. Porque el vino se puede hacer sin la ayuda del hombre, que solo está para ayudar en ese proceso». Partiendo de esta filosofía es posible percibir que hay mucha humildad y mucho trabajo detrás. Al frente de Familia Valdelana está él (decimoquinta generación), pero se han sumado ya sus hijos Juan y Judit Valdelana (decimosexta generación) y anteriormente estuvo el abuelo de estos, Isidoro.
Para quienes no lo conozcan conviene ubicar el proyecto de Valdelana, se encuentra en Elciego (Rioja Alavesa) y tiene un calao que está inscrito como el más antiguo de Rioja, que certifica que desde 1583 se elaboraba vino. Este dato es especialmente relevante para la familia y su trayectoria en el mundo del vino y el enoturismo, indican siempre «Familia Valdelana desde 1583» por este motivo. «El origen de todo nuestro ser es este calao, el calao de la villa o el calao del pueblo, se conocería ahora como la bodega de Elciego», cuenta Juan Valdelana.
La historia de la familia Valdelana y la de Elciego
Los antepasados de Valdelana (de apellido Ibarrola, que significa el que trabaja el hierro) descienden del valle de Lana, un valle de carboneros y en el siglo IX, la familia salió de allí y en honor a su valle adoptaron el apellido Valdelana, que significa valle de trabajo y se ubicaron en Elciego. Eran gente muy pobre, trabajaban para los ricos y les pagaban con fincas, pero justo con aquellas que no servían absolutamente para nada. Las que se encuentran al lado de la ribera del Ebro son las fértiles que pueden tener cualquier tipo de cultivo y en las que están junto a las montañas o entre ellas solo hay dos cultivos que pueden sobrevivir, la vid y el olivo y aquí es donde arranca la historia de esta familia y su vinculación con el viñedo.
De hecho cuentan con viñas prefiloxéricas, no están fechadas, el primer censo de España se hace en 1907 y estas no están censadas, actualmente tienen vinos que proceden de ellas.
El lugar donde se sitúa el enoturismo de Valdelana está en uno de los ramales del Camino de Santiago, el que viene de Roncesvalles, donde confluyen carreteras de varias poblaciones. Precisamente el Camino de Santiago marca a esta localidad y su nombre, ya que al venir gente con enfermedades hay tres ermitas alrededor de Elciego que eran las hospederías dado que la gente de los pueblos no querían relacionarse con los peregrinos para evitar ese tipo de contagios. Juan Jesús Valdelana cuenta que una de las personas que pasa por este punto decide no continuar el Camino y funda una posada y todo el mundo comenzó a denominarla la posada de «el ciego» y por eso se quedó con este nombre, se lo da una persona peregrina.
Los datos sobre la correlación entre habitantes y producción de vino en esta localidad son esclarecedores: «Rioja Alavesa es una comarca que está formada por quince pueblos, que no llegan ni a los 12.000 habitantes. Elciego es la cuna del vino, con 1.000 habitantes y ahora mismo elaboramos alrededor de 26 millones de botellas, este año se prevé llegar hasta 28 millones», comenta Juan Valdelana. Añade que «ya en el siglo pasado se estableció el grupo francés Marqués de Riscal, hace no tantos años el Grupo Pernod Ricard, el Grupo Domecq, está Viña Salceda, aquí se hace el Imperial de CVNE, tiene presencia Muriel Wines… Todas estas grandes bodegas están aquí en Elciego y es muy complicado no estar relacionado con el mundo del vino si se vive en esta población».
Y muestra unas cifras sobre la evolución vinícola en esta localidad: «En Elciego hace unos 45 años había 63 bodegas en este barrio de bodegas y ahora en activo quedamos dos, la tendencia es que este tipo de bodegas familiares y de cosecheros desaparezcan. Es muy complicado competir en cuanto a infraestructura en un mismo pueblo y comarca con estas grandes bodegas mencionadas anteriormente». Así este barrio elaboraba vino o vendimiaba uvas que se vendían a las grandes bodegas como Marqués de Riscal. La distribución del pueblo de Elciego es clara: las casas junto a la iglesia y algo más separadas, las construcciones con apariencia de casas, que en realidad no lo son, puesto que eran las bodegas.
Una visita a los calaos (la antigua bodega), ahora museo
Vadelana cuenta con dos museos subterráneos albergados en calados del siglo XV. Juan Valdelana refiere que «la bodega respeta la historia por completo, por su vinculación con el Camino de Santiago el edificio contiene mucha simbología religiosa, la salida por la bodega es un confesionario, la entrada también, hay una capilla del siglo XV… Ese es el motivo de las referencias religiosas en su interior. El edificio fue muy importante durante bastantes siglos». Al ser el último pueblo del País Vasco, si se cruza el puente sobre el Ebro ya es Rioja, toda la jurisdicción de San Millán de la Cogolla, el monasterio cuna del castellano, se cobraba en esta construcción, toda familia de Rioja Alavesa tenía que pagar en este edifico los impuestos y se llevaba con carruajes hacia San Millán.
Es interesante recorrer el interior puesto que la parte subterránea tiene más de 500 años y alberga piezas de diferentes civilizaciones, de ahí que llamen a esta visita y a otros puntos que tienen en el exterior «Ruta de las Civilizaciones». Contiene por supuesto artículos del mundo del vino y su elaboración. Se pueden ver animales y herramientas con las que se daban caza a los mismos en diferentes épocas de la historia en esta zonas el recorrido parte de explicar desde el Jurásico, pasando por el Paleolítico, Neolítico, los celtíberos, romanos… La vid precisamente la introducen los romanos que entran por el río Ebro hasta donde es navegable y por eso llega a Rioja Alavesa.
Todo lo que muestran en esta bodega subterránea pertenece a la zona y procede de diferentes épocas, parte son recreaciones y réplicas. A la vez es posible comprobar que este lugar ahora convertido en museo para los visitantes era donde se elaboraba el vino, por eso al enoturista también le muestran cómo se hacía el vino antiguamente en este calao. Se hace el recorrido que hacía la uva, después el mosto y finalmente el vino cientos de años atrás en esta estructura, ya que se conservan los antiguos depósitos y lagares, todo de forma muy didáctica, visual y entretenida.
Premio Best Of a Valdelana y su concepto de enoturismo
Los Premios Best Of de Turismo Vitivinícola 2017 reconocieron a Valdelana por su completísima experiencia de turismo vitivinícola. Desde la organización argumentaban así los motivos por los que este proyecto familiar de Rioja Alavesa era merecedor de esa distinción: “un viaje a través de las raíces culturales y artísticas que envuelven el mundo del vino”.
En definitiva con Valdelana es posible hacer una ruta que empieza en la prehistoria, visitando yacimientos arqueológicos, dólmenes y una ermita románica asentada en los dominios de la familia. Se amplía la oferta con el Museo Etnográfico y del Vino, instalado en el interior de los calados de la bodega, que recordamos fueron levantados en el siglo XV. El viaje finaliza en el Jardín de la Variedades, el espectacular mirador rodeado de viñedos del que hablamos más adelante en este artículo.
Juan Jesús Valdelana detalla que de esta forma se puede conocer los asentamientos de distintas civilizaciones, cómo vivían, si consumían vino o no y se pueden visitar los restos arqueológicos en el museo de la bodega.
Los vinos de Familia Valdelana
Familia Valdelana, Barón Ladrón de Guevara, AGNVS, Duquesa de la Victoria y CENTVM VITIS son las marcas de vino de Familia Valdelana.
La gama de Familia Valdelana es un homenaje a las quince generaciones que les han precedido e incluye los siguientes productos: Malvasía, Viura, Garnacha, Tempranillo, Crianza, Reserva. Una de sus originalidades reside en su etiqueta: todos llevan el rostro de uno de los integrantes de la familia.
Sobre Barón Ladrón de Guevara encierra tras de sí el querer reconocer la valía y astucia de Sancho Núñez «Ladrón» de Guevara. La historia del protagonista que da nombre a este vino viene del año 711 cuando los árabes se adentran en la península ibérica por Andalucía, suben hasta el Norte llegando hasta Aragón e introducen una lanza en el vientre de la Reina estando esta en estado. Una vez abandonan el recinto un noble de la corte de apellido Guevara y de origen alavés pudo rescatar del vientre de la Reina Doña Urraca a su bebé llamado Sancho (Sancho Garcés I de Navarra). Lo esconde en los montes Pirineos hasta ser mayor de edad. Permaneció oculto hasta la abdicación del trono de su hermano mayor Fortún García. Cuando los tribunales de Sangüesa lo reconocieron como rey, Sancho Garcés apodó cariñosamente «ladrón» a su salvador, Sancho Núñez, dando lugar al apellido Ladrón de Guevara. Y la etiqueta realizada en relieve bajo de estos vinos representa esta historia.
En la línea Barón Ladrón de Guevara ofrecen los siguientes tipos de vinos: Malvasía, Viura, Rosado, Cosecha, Crianza, Reserva, Autor Cosecha, Autor Crianza y Autor Reserva.
Duquesa de la Victoria es el proyecto por el que pensaron elaborar un vino femenino, desde Valdelana lo consideran «un reconocimiento a esa mujer pilar fundamental en las casas de las explotaciones agrarias, a esa mujer trabajadora, constante, que siempre está ahí, con carácter y personalidad». Toman el nombre y la historia de la Duquesa de la Victoria, que es la de Jacinta Martínez de Sicilia y Santa Cruz nacida en Logroño el 16 de agosto de 1811 y que conoció al General Baldomero Espartero cuando estaba destinado en Pamplona. Contrajeron matrimonio y era una mujer de gran cultura para su época, aunque su figura se ve desdibujada por la de su esposo, del cual adquiere el título de Duquesa de la Victoria, cuando el General fue nombrado Duque después de que, fruto de las negociaciones con el General carlista Maroto, se llegase al final de la guerra civil con el Convenio de Vergara el 31 de agosto de 1839. Duquesa de la Victoria engloba: Blanco, Cosecha, Crianza y Reserva. En este caso la etiqueta lleva una rosa en diferentes tonos según el tipo de vino, que si se toca o se huele directamente permite captar los matices y aromas que tiene.
AGNVS es la gama de los Vinos de Autor de Valdelana y viene a representar la personalidad de Juan Jesús Valdelana. Son vinos seleccionados con uvas obtenidas de los viñedos más viejos de la familia con una media de 50 años de edad, que concentran una gran cantidad de cuerpo y aromas propios de la tierra de donde proceden. AGNVS tiene Malvasía, Tempranillo, Crianza y Reserva. Bajo este nombre ofrecen su aceite de oliva Virgen Extra 100% arbequina que presentan en envases de 20, 50 cl y lata de 2 litros.
Y por ultimo CENTVM VITIS, un vino de origen prefilóxerico que proviene de 4 hectáreas de viñedo que sobrevivieron a esta enfermedad. Estas cepas cuentan ya con más de 100 años de historia, conviviendo con cuatro generaciones de la familia Valdelana. Se trata de un vino premium que puede comprarse solo o con una versión en un estuche de lujo con oro, al que lo acompaña precisamente una dosis de oro para añadir al vino a la hora de tomarlo. La idea tal y como nos explicaron es fusionar dos antioxidantes, el resveratrol que tiene el vino con el oro comestible que es otro antioxidante natural.
«Somos una bodega familiar» resalta Juan Valdelana, «no somos un clásico de Rioja, en todas nuestras copas va a haber personalidad, fruta, no nos gusta que la madera esté de protagonista por encima de la fruta». Sobre la gama de vinos AGNVS defiende el enólogo que quieren conseguir que «a la hora de consumirlos al cliente final le recuerden a Elciego, a su paisaje y entorno». Los describe como una gama con un nivel superior, pero con unos precios que no se disparan.
Un espectacular Jardín de las Variedades
Familia Valdelana puede presumir de su “Jardín de las Variedades”, se trata de un lugar privilegiado con unas vistas preciosas y un mirador desde el que asomarse a un meandro del río Ebro. Un espacio donde descansar, relajarse y gozar de la naturaleza rodeados de vides. Lo han usado para hacer crecer su oferta enoturística aún más, ya que se puede disfrutar de una típica comida riojana acompañada de los vinos de Valdelana, contratar eventos privados desde bodas a comidas con amigos o cursos y donde es posible acudir para vivir su experiencia más premiada: el maridaje estelar.
El aspecto más llamativo del Jardín de las Variedades es que alberga 135 variedades de vid de todo el mundo y esto tiene un objetivo, la investigación. Se experimenta para conocer cómo se adaptan a este suelo y qué es lo que aportan. Juan Jesús Valdelana da gran importancia a este hecho y de las 128 hectáreas que tienen en propiedad, casi 5 están destinadas a la investigación.
Otra de las curiosidades es que cuentan con la variedad marawi, traída desde Israel y que es aquella con la que Jesucristo disfrutó de La Última Cena, solo existe en Galilea y en este lugar y en breve podrán hacer vino con ella.
Y por haber hasta hay un hermano del árbol de Gernika porque el 28 de febrero de 2017 se celebró el 80 aniversario del bombardeo y tenían retoños para sustituir al actual, que se plantaron en diferentes ubicaciones y este es el sexto, porque este lugar es el último punto de Álava.
El broche de oro de Valdelana: un original maridaje estelar
Una de las actividades más exitosas de Valdelana y que realmente merece la pena es su maridaje estelar. Juan Jesús Valdelana ha dado una vuelta de tuerca a esta idea y ha querido llevar este maridaje estelar al aire libre de vuelta al interior de su edificio de Elciego. Por eso en el techo de la sala de catas hay una reproducción en fibra óptica de las estrellas del cielo del 7 de julio a escala. Hacer una cata de sus vinos y terminar admirándolo es toda una experiencia.
Pero volviendo al maridaje estelar nocturno que se disfruta en el Jardín de las Variedades, este arranca con la puesta de sol, contemplar el atardecer desde este entorno tan privilegiado es un lujo y además se acompaña de un cóctel y música. Una vez es de noche da comienzo el maridaje estelar que es realmente sorprendente. Se observan estrellas, que se maridan con vinos de la bodega y se añade música durante la degustación. No develamos más para que quien quiera visitarlo viva de primera mano el efecto sorpresa.
Para terminar dejamos una frase de Juan Jesús Valdelana: «No hay mejor forma de parar el tiempo, que meterlo en una botella». Y tiene razón, cuando la descorchas y compartes sale de ella lo mejor y todo se detiene. Eso ocurrió el fin de semana y la noche estelar que vivimos junto a ellos: se paró el tiempo y la experiencia se grabó en nuestra memoria.
Para más información: Familia Valdelana www.bodegasvaldelana.com
Nota: Gran parte de las fotos de este artículo las ha realizado www.nadaincluido.com, excepto las que van indicadas a pie de foto con autoría por parte de Tecnovino.
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5 Comments
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Un reportaje increíble, chicos. Habéis conseguido transmitir en vuestra revista todo lo que tratamos de transmitir en nuestra bodega. Muchísimas gracias por venir y hasta cuando queráis. ¡Un abrazo de todo el equipo!
Así da gusto trabajar 😉 Gracias a vosotros por tener en cuenta a nuestro medio.
Valdelana bien merece una visita, o dos o tres 😉
Tenéis un gran equipo, atento, amable y cercano, entre todos hacéis un gran trabajo. Disfrutamos mucho de todo lo que ofrecéis, es una experiencia que no olvidaremos.
Un abrazo fuerte del equipo de Tecnovino.
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